La accesibilidad continúa restringida
Persisten las barreras arquitectónicas en la Universidad Nacional de Mar del Plata


Rampas inutilizables, escasez de baños acondicionados y predominancia de niveles intermedios, son algunos de los problemas que evidencian tanto las instalaciones del Complejo Universitario como las de sus facultades anexas.
La jefa del Departamento de Mantenimiento de la Unmdp, Nora Demarchi habló sobre los inconvenientes que enfrentan los alumnos con limitaciones motoras y afirmó que la no accesibilidad es una “sutil forma de discriminación".

En una sociedad donde se aboga permanentemente por la igualdad de derechos y la integración social el minusválido motriz se topa con una realidad que se contrapone a todo ideal, un panorama sombrío que en su máxima expresión deja entrever la perdurabilidad de un modelo orientado hada la exclusión y el desentendimiento.
Un ejemplo paradigmático de segregación colectiva y doble moralidad bien puede encontrarse en la falta de acondicionamiento de las instalaciones de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Según la opinión de la titular del Departamento de Mantenimiento de esa casa de altos estudios, Nora Demarchi, el complejo ubicado sobre las calles Funes y Peña presenta un considerable número de barreras arquitectónicas, obstáculos que de forma categórica restringen severamente la movilidad de los estudiantes con discapacidades motoras. "En rigor de la verdad la Universidad no está preparada para ofrecer una accesibilidad completa. Hay que reconocer que existen falencias, fallas estructurales que no sólo entorpecen la libre circulación sino que predisponen significativamente a la discriminación", admitió.

Uno de los grandes problemas que evidencia el complejo universitario en su ordenamiento edilicio es el predominio de medios niveles. Esta disposición estructural intermedia en la que los sectores de aula nunca coinciden con los de baños compromete la posibilidad de acudir a las unidades académicas y ubica al alumno en una situación de extrema dificultad. "Si una persona con una determinada limitación en sus funciones motoras quiere ir a un sanitario está obligada indefectiblemente a subir o bajar esos niveles intermedios. Es lamentable, pero lo cierto es que no hay otra forma de acceder" , aseveró Demarchi.
Una vez que el estudiante, luego de una inversión de tiempo y esfuerzo considerable, logra ingresar al sector de baños se encuentra con lo que podría definirse el primer rasgo positivo dentro de un panorama bastante desalentador. Según la titular del Departamento de Mantenimiento, los sanitarios cumplen con todos los requisitos dimensionales y de distribución funcional de los artefactos, aunque concedió que "definitivamente" se necesitarían algunos más. "En este momento tenemos dos unidades con caracteríscas especiales, una en la Facultad Ciencias Económicas y otra en la biblioteca Central, aunque esperan contar con más. Actualmente nos encontramos haciendo gestiones para construir un baño en el sector de Aula Magna y otro en la Facultad de Ciencias de la Salud", reveló.

Anecdóticamente el Departamento que preside la arquitecta Demarchi había previsto, tiempo atrás, la construcción de un tercer núcleo de sanitarios. El proyecto, que desde el comienzo no tuvo el visto bueno de una autoridad de la Universidad, nunca llegó a materializarse. "La iniciativa era verdaderamente interesante. Los baños se iban a emplazar en la unidad académica correspondiente a Ciendas Económicas, junto al nivel de las aulas, pero el decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Gustavo Daleo, se opuso. El hecho de que los sanitarios se construyeran en el espacio físico de un aula para él era inaceptable, dada la notable escasez de salones. Fue algo muy lamentable, se perdió la oportunidad de brindarle a toda la población de ese sector una accesibilidad realmente genuina", afirmó Demarchi.

Dentro de los requerimientos básicos que un edificio de uso público debe tener en cuenta para favorecer la accesibilidad, se encuentra la instalación de rampas. Si bien el Complejo Universitario cuenta con un buen número, la realidad indica que no todas cumplen con la mayoría de las exigencias. "Para que las rampas puedan ser útiles deben tener una inclinación del 6% y complementarse además con barandas a ambos lados dispuestas a más de 75cm. de altura. Parece que no, pero es un detalle importante, imprescindible para una persona que no puede movilizar sus piernas", aseguró la arquitecta Demarchi.
Otro punto importante en lo que hace a la accesibilidad de los espacios, es la puesta estratégica de elevadores. Según la titular del Departamento de Mantenimiento, la Universidad cuenta con elevadores pero al estudiante le cuesta llegar a ellos. "El hecho de que las rampas no estén en condiciones y que haya tantos niveles intermedios condena al alumno a una peregrinación tediosa. Es triste, pero lo que a una persona físicamente apta le puede llevar cinco minutos a un chico en silla de ruedas le lleva 15 o más", indicó
El estado de los pisos se constituye en otra cuestión central referente al libre acceso. Es indispensable que el material del que estén hechas las baldosas tenga algún componente o accesorio antideslizante. ""El complejo universitario cuenta con pisos de mosaico granito, un material excelente por su óptima superficie de agarre y larga duración. Los que sí califican como antideslizantes son los peldaños de las escaleras, están hechos de cemento premoldeado y vienen con ranuras que evitan potenciales resbalones", detalló Demarchi. °

Lo que dice la ley
Según el artículo 21 de la ley 24.314 (Accesibilidad de personas con movilidad reducida) los edificios de uso público deberán observar en general la accesibilidad y posibilidad de uso en todas sus partes por personas de movilidad reducida; y en particular la existencia de estacionamientos reservados y señalizados para vehículos que transporten a dichas personas, cercanos a los accesos peatonales; por lo menos un acceso al interior del edificio desprovisto de barreras arquitectónicas; espacios de circulación horizontal que permitan el desplazamiento y maniobra de dichas personas, al igual que comunicación vertical accesible y utilizable por las mismas, mediante elementos constructivos o mecánicos y servicios sanitarios adaptados. Los edificios destinados a espectáculos deberán tener zonas reservadas, señalizadas y adaptadas al uso por personas con sillas de ruedas. Los edificios en que se garanticen plenamente las condiciones de accesibilidad ostentarán en su exterior un símbolo indicativo de tal hecho. Las áreas sin acceso de público o las correspondientes a edificios industriales y comerciales tendrán los grados de adaptabilidad necesarios para permitir el empleo de personas con movilidad reducida.

EI desafío de romper las barreras
Desde las distintas facultades se está trabajando en el Plan Universitario de Accesibiddad para marcar de una vez todas las deficiencias y tratar de darles una solución definitiva. La meta, según la arquitecta Demarchi, está puesta en lograr una equiparación real de las oportunidades. "No hay que olvidar que la no-accesibilidad es una sutil forma de discriminación'', sentenció.

Una carrera de obstáculos
Para Diego Camerucci, ex alumno de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el lastre de su propia enfermedad (Ataxia de Friedrich) no le impidió concretar el sueño de obtener un título aunque concede que lidiar con las barreras arquitectónicas del Complejo fué todo un desafío:

"Cuando yo estudiaba era más complicado movilizarse, no había baños ni rampas, la accesibilidad en cierto sentido estaba mucho más restringida que ahora". Si bien las instalaciones universitarias se fueron acondidonando conferme al paso de los años, algunos problemas se siguen suscitando. "A la mayoría de los lugares se puede acceder con silla de ruedas pero la lucha siempre persiste. Cuando se rompe un ascensor te tenes que pelear con medio mundo, es un problema", aseguró Diego Camerucri quien actualmente se encuentra dictando clases en la Facultad de Ciencias de la Salud admite que después de tanta lucha, uno "se va acostumbrando aunque no pierde las esperanzas de que las barreras finalmente desaparezcan y se equiparen las oportunidades. "Sé que cuantos más seamos más cosas van a ir arreglando. Cuando nos constituyamos en una minoría de peso las autoridades van a tener que tomar cartas en el asunto".

 

Fuente:
Suplemento especial "Aula Magna" diario La Capital 24/08/07
Nota de Verónica Natalia Toledo y María Victoria Fondevila

 

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