Psicoanálisis
Discapacidad mental y psicosis


Durante mucho tiempo se confundieron psicosis y discapacidad mental. La discapacidad mental señala un déficit en relación a la llamada inteligencia promedio pero, además, la experiencia muestra que muchos sujetos con déficit mental presentan manifestaciones psicóticas que lo discapacitan en su circulación social.

Durante mucho tiempo se confundieron psicosis y discapacidad mental, resultando complejo diferenciar entre aquellos sujetos que se presentaban como débiles "profundos" y ciertas formas de esquizofrenia.
Del mismo modo, en épocas no muy lejanas, las alteraciones psíquicas graves de la infancia se atribuían a lesiones irreversibles del cerebro. Recién en 1943, Kanner aisló el "síndrome de autismo infantil precoz". Los avances terapéuticos logrados en algunos niños favorecieron una mejor interpretación de las psicosis.

Por otra parte, específicamente en relación a la discapacidad mental, el campo no es unívoco.
La discapacidad mental nos indica que hay un déficit en relación a la llamada inteligencia promedio pero, además. la experiencia nos muestra que un gran número de sujetos con discapacidad mental presentan manifestaciones psicóticas.
Podemos afirmar que existe una diferencia fundamental entre un discapacitado mental psicótico y uno no psicótico, aunque muchas veces ambos queden definidos como "débiles".
En líneas generales, la psicosis en sujetos con discapacidad mental no se presenta, fenomenológicamente. en forma semejante a aquellos normalmente inteligentes.

Patologías psíquica y orgánica
Tendremos que dar un rodeo necesario para comprender por qué las patologías psíquicas no son patogno-mónicas de las patologías orgánicas con las que un niño puede nacer o adquirir en épocas tempranas de la vida.
Una enfermedad, aun cuando sea orgánica, puede cumplir en el otro -ya se trate del progenitor, educador o terapeuta- una función, otorgar un status, produciendo una alienación suplementaria en el llamado "disminuido". Se crea así una situación en la que padres, reeducadores y médicos lo tratan como objeto de cura, ofreciéndole diversos métodos de recuperación que terminan des-subjetivándolo.
La dotación orgánico-biológica con la que un niño nace puede determinar discapacidad mental. Por el contrario. la constitución de la subjetividad no está en relación directa con la biología sino que depende del lugar que el Otro le dona al sujeto por venir.

En " El niño retardado y su madre". M. Mannoni focaliza el estudio del retardo mental tal como éste se presenta en la fantasía de la madre; podríamos afirmar que la autora no pretende hacer que la madre se sienta culpable en relación al retardo del hijo. Sin embargo, explicar el retraso del niño en relación a las fantasías maternas tiene el efecto de iluminar qué sucede al nivel del niño cuando cierto mecanismo de ocultamiento funciona en la madre.

¿Qué enseña el psicoanálisis?
El psicoanálisis nos enseña que hay ciertas cosas que deben ocurrir en la vida inicial de un niño; si no ocurren o no han ocurrido, el analista debe propiciarlas.
Los graves signos de desconexión que a menudo se observan en la clínica de la estimulación temprana (o más tarde), los cuadros de autismo y psicosis que presentan muchos de los niños nacidos con algún déficit mental, físico o sensorial, nos ilustran acerca de estas ciertas cosas que no ocurrieron, independientemente de las razones por las cuales no ha yan sucedido. Estas pueden ser múltiples.
Pueden remontarse a una aguda discrepancia en las primeras fases de la vida del niño, entre las necesidades biopsicológicas del infante y los cuidados psicológicos y materiales que se le brindaron. Esta discrepancia crea un estado de deficiencia cuyos efectos parecen sólo parcialmente reparables.

La causa de esta discrepancia temprana puede ser congénita, es decir: las necesidades biopsicológicas del infante pueden haber sido excesivas (hay niños con dolencias graves, genéticas, neurológicas, sensoriales) o pueden ser ambientales, como cuidados insuficientes, deficientes, inoportunos.
Podríamos decir, entonces. que hay una falta de "ajuste" entre el niño y las personas que representan su ambiente.
Podríamos hablar de una falla en la "función materna". ya que siempre se observan fuertes alteraciones en el vínculo madre-hijo en los cuadros de desconexión autística. Sin embargo, muchas veces estas alteraciones pueden darse como formaciones reactivas frente a las características anómalas del hijo.
Pueden hallarse casos de niños con daños orgánicos tan severos que todos los esfuerzos matemos para compensarlos resulten totalmente infructuosos, resultando de ello también un cuadro de desconexión.

No es posible definir los signos de desconexión que presentan muchas veces los niños con discapacidad mental a partir de una única causa.Hay una etiología específica pero no existe una etiología unívoca.

Cristina Oyarzábal*
*Cristina Oyarzabal es profesora de ciegos, licenciada en Ciencias de la Educación y psicoanalista. Autora del libro: 'Torcer el Destino" (Psicoanálisis y Educación Especial/ Niños Ciegos-Discapacidades múltiples) Editorial Letra Viva, Bs. As. 2004.

 

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