Primeros Auxilios Neurología
Ayuda ante una crisis convulsiva
Estar frente a una persona que de pronto sufre una crisis convulsiva supone un desafío emocional, tanto para el paciente como para el entomo. Muy pocos de los testigos entenderan realmente que pasa sin sentir miedo y prejuicios.Y al desconocimiento, se suma el hecho de que muchos tienden a ocultar la predisposición a sufrir convulsiones por miedo a la estigmatización.
Es que, a pesar de ser este uno de los problemas neurologicos mas frecuentes, está rodeado de concepciones erroneas."En primer lugar debe quedar claro que de ninguna manera epilepsia y crisis convulsivas significan retraso mental o enfermedad psiquiátrica", afirma Alfredo Thomson, jefe de la sección Epilepsia del Hospital Francés y médico neurólogo del Hospital Britanico.
Realidades y mitos
Convulsiones y epilepsia no son sinónimos. Thomson lo explica: "Epilepsia es el nombre de una enfermedad que se origina en el cerebro y que puede tener o no ataques convulsivos. De hecho, la mayoría se manifiesta de otras maneras que, incluso, pueden pasar desapercibidas".
Además de las convulsiones, por las cuales la persona pierde la conciencia, cae al suelo y se contorsiona por varios minutos, los ataques epilépticos pueden manifestarse de diversas maneras, dependiendo de la zona cerebral afectada. Los accesos convulsivos se dan en un tipo de epilepsia llamada "gran mal". Sin embargo, la enfermedad puede presentarse con crisis de ausencias, que hacen que la persona se quede mirando fijamente al infinito por unos instantes o con ataques parciales y complejos en que los pacientes se desvían de sus comportamientos habituales o tienen conductas repetitivas.
Por otra parte, las convulsiones pueden acompañar diferentes procesos o enfermedades, tales como meningitis, hipoglucemia. falta de oxígeno en el cerebro, traumatismos craneales y tumores cerebrales, entre otros. "En los niños son frecuentes las convulsiones por fiebre elevada, diversas infecciones o alteraciones endócrinas", informa Lidia Cáceres, jefa de la Sección de Neuropediatría del Hospital Posadas.
"El reconocimiento de los síntomas a cualquier edad y el control de las crisis es muy importante, ya que el tratamiento específico y a tiempo brinda la oportunidad de lograr un desarrollo normal", observa Thomson. Al mismo tiempo, el paciente y sus seres mas cercanos deben lograr aceptar lo que esta pasando e informar en los lugares donde concurre habitualmente el enfermo sobre su condición y lo que debe hacerse en caso de ocurrir un episodio convulsivo. "La actitud que adoptan quienes conocen la situación y los desenlaces de una crisis convulsiva evita maniobras perjudiciales para el paciente y la discriminación", puntualiza Cáceres.
Thomson agrega que, debido a las falsas ideas que rodean el problema, mucha gente no recibe el diagnóstico ni el tratamiento adecuado. El tratamiento farmacológico para la epilepsia se compone fundamentalmente de antiepilépticos, esto es medicamentos que controlan las convulsiones y,si es preciso, tratamientos quirúrgicos. "En niños -dice Cáceres-, se puede implementar además una dieta cetogénica (muy alta en grasas y con bajo nivel de carbohidratos) que influye favorablemente en el metabolismo energético cerebral."
Lamentablemente, no se ha descubierto aún una cura permanente para la epilepsia y no tomar la medicación con regularidad es la razón más frecuente de las crisis convulsivas.
Desinformación, rechazo y marginación han aconpañado de alguna manera a la epilepsia como manchas indelebles. Sin embargo, no tiene que ser así. Con un buen control de las crisis convulsivas, sólo se necesita hacer restricciones mínimas en diversas actividades como nadar, manejar o andar en bicicleta. Y mas aún, bajo supervisión médica puede lograrse que los medicamentos no sean necesarios durante toda la vida. Y que el paciente pueda vivir en plenitud.
Consejos:
- Mantener la calma y pedir que no rodeen a la víctima.
- No agarrarla para mantenerla quieta, ya que las crisis suelen ceder por sí mismas sin consecuencias graves.
- Poner algo blando bajo la cabeza para que evitar que se golpee.
- Voltearlo hacia un lado suavemente para que la saliva fluya y no entorpezca la respiración.
- Aflojarle la corbata, la camisa y el cinturón.
- No poner nada dentro de la boca para sostener la lengua. No hay registros de pacientes que se hayan tragado su lengua.
- No darle de beber hasta que se recupere totatmente: si tiene una segunda crisis el líquido lo puede ahogar.
- No dejarlo solo hasta que la respiración se normalice o hasta que llegue el servicio de emergencia.
Gustavo Hojman
salud@clarin.com
Fuente:
Diario Clarín
30 de Junio de 2006
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Más de quinientos millones de personas en el mundo sufren de problemas mentales.
Ver a una persona en medio de una crisis epiléptica es un espectáculo terrible, más si se trata de un niño. La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta a buena parte de la población.
Se conoce con el término de devotee a aquella persona que disfruta y siente placer relacionándose sexual o indirectamente con personas con discapacidad física. La discapacidad o la amputación son objetos de su deseo y muchas veces su obsesión.