Alta incidencia y poca información
Artritis idiopática juvenil
La artritis idiopática juvenil (AIJ), conocida también como artritis crónica juvenil o artritis reumatoide juvenil, es una enfermedad reumática pediátrica de larga duración y una de las enfermedades crónicas más frecuentes en niños. Suele manifestarse antes de los 16 años y se caracteriza por inflamación articular desarrollada mediante periodos activos o de inflamación que se alternan con periodos latentes o asintomáticos.
Muchas veces sus primeros síntomas suelen ser desconsiderados por pensar que se trata de los dolores comunes ligados al crecimiento.
Según los especialistas, el daño articular comienza en el cartílago y continúa afectando a tendones, músculos y puede alcanzar hasta el hueso. Contrario a lo que se estimaba en el pasado, este proceso puede comenzar a los pocos meses de iniciarse la enfermedad. Por ello se contempla que los problemas asociados a la artritis juvenil no desaparecen con la edad adulta.
Si bien la incidencia es muy alta (se estima que solamente en los Estados Unidos alrededor de 300.000 niños padecen algún tipo de artritis) y los tratamientos han avanzado mucho en los últimos años, aún existen dificultades para detectar y tratar esta dolencia, como también para penetrar en su origen, ya que no se sabe exactamente cuál es su causa.
Lo que si se sabe es que se trata de un trastorno autoinmune, ya que el sistema inmunológico actúa de manera anormal y en vez de ayudar al organismo a combatir las infecciones, ataca los tejidos del cuerpo.
Como consecuencia de ello el niño afectado puede experimentar fiebre intermitente o erupción repentina, inflamación de un nudillo u otras articulaciones, dolor de cuello o de cadera y hasta comenzar a renguear.
Estos episodios pueden ser de carácter agudo, durando unas pocas semanas o meses y luego despareciendo definitivamente, o bien crónico, durando meses o años, incluso durante la vida adulta.
Respecto a las consecuencias de estos malestares, un estudio publicado a mediados del años pasado por investigadores italianos y publicado en la revista médica “Arthritis & Rheumatism” pese a que muchos chicos con artritis idiopática juvenil tienen un bajo nivel de enfermedad, alrededor de uno de cada cinco padece discapacidad moderada a severa.
Siguiendo esta línea, el presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis de España (CONARTRITIS), Antonio Torralba, manifestó en una entrevista que “si la enfermedad (artritis) no se controla puede llegar a ser muy discapacitante, con un impacto en la calidad de vida comparable al que produce la ceguera”, al punto que, luego de padecer la enfermedad, no siempre se puede mantener el trabajo y el estilo de vida llevado con anterioridad.
Para el doctor Angelo Ravelli, representante del cuerpo médico investigador del Instituto G. Gaslini, estos hallazgos subrayan la necesidad crítica de contar con tratamientos y estrategias que puedan controlar mejor la actividad de la enfermedad.
Esto resalta la necesidad de una mayor difusión y concienciación para poder controlar esta forma de artritis, atenuar sus efectos y lograr disminuir el impacto que la AIJ pueda causar en la vida del niño afectado.
Incidencia y causas
Se estima que la artritis idiopática juvenil afecta a niños de ambos sexos por igual (con una ligera predominancia en niñas), con una incidencia aproximada de 10/100.000 niños al año, y en un rango de edades desde recién nacidos a 16 años. En nuestro país existen alrededor de 7.000 niños afectados, pero en países como Estados Unidos compromete a 50.000 niños aproximadamente.
Como se refirió anteriormente, se sabe sobre poco su origen, pero se estima que la AIJ se produciría debido a una alteración en el sistema inmunológico. Producto de esta anomalía, las defensas pierden parte de su capacidad para distinguir lo que es ajeno al organismo, atacando la membrana sinovial (recubrimiento que recubre la superficie articular y contiene el líquido que lubrica la articulación). Esto provoca su engrosamiento al producir más líquido de lo normal y derivando en inflamación articular o artritis. Lo que aún no se ha podido descifrar es la causa por la cual se desencadena esta alteración inmunológica.
Síntomas, tipos y características
Uno de los puntos que vuelve complejo el diagnóstico es que las primeras manifestaciones de la AIJ pueden variar entre un ligero malestar en las muñecas a una marcada renguera al comenzar el día.
Lamentablemente cuando la enfermedad se presenta avanzada, los síntomas aumentan y el diagnóstico se vuelve más preciso.
Estos síntomas pueden incluir:
- Inflamación súbita de articulaciones.
- Sensación de entumecimiento.
- Rigidez en muñecas, codos, cuello, cadera, dedos y demás articulaciones.
- Erupciones cutáneas súbitas.
- Fiebre alta que alcanza su pico en la tarde y que puede desaparecer de manera repentina.
Dependiendo del grado de dureza con que la enfermedad ataca y a partir de la cantidad de articulaciones afectadas, los especialistas decidieron generar diagnósticos diferenciados.
Actualmente se han clasificado tres tipos principales de artritis reumatoide juvenil, cada uno con sus distintos grados de complejidad:
Artritis reumatoide juvenil oligoarticular: afecta a cuatro o menos articulaciones. Comparte los síntomas antes mencionados, pero recrudeciendo más en las rodillas y muñecas. Una particularidad de este tipo es que puede cursar con inflamación del iris del ojo (iridociclitis, iritis o uveítis).
Artritis reumatoide juvenil poliarticular: la inflamación y el dolor afecta a cinco o más articulaciones y se da más en las niñas. Afecta mayormente a las articulaciones de menor tamaño de las manos y a las articulaciones que soportan más peso (rodillas, caderas, tobillos, pies y cuello). Este tipo puede también estar acompañado de febrícula y nódulos en partes del cuerpo que tienen que soportar presión al sentarse o estar recostado.
Artritis reumatoide juvenil sistémica: quizás el tipo más severo, ya que afecta a todo el cuerpo. Muchas de las articulaciones del cuerpo se ven afectadas por la inflamación, el dolor y la rigidez. El bazo y los ganglios linfáticos suelen estar afectados y también se pueden inflamar. En este tipo la fiebre es alta, subiendo y bajando súbitamente, cuando alcanza su pico, el niño puede sentirse muy mal.
Mas allá de estos casos principales, también se han detectado otras dos formas:
- Artritis relacionada con entesitis, que suele afectar a la columna vertebral, caderas y entesis (puntos de inserción de los tendones en los huesos). Se da principalmente en varones mayores de 8 años de edad.
- Artritis psoriásica, presenta artritis junto con erupción de psoriasis.
Diagnóstico, tratamiento y terapias
Como primer paso para establecer un diagnóstico certero, el médico o pediatra realizará un examen físico detallado, para luego solicitar los análisis básicos: radiografías y hemograma completo (para descartar otras posibles causas). También podría solicitar una gammagrafía ósea para detectar cambios en los huesos y las articulaciones.
Si a partir de estos exámenes el médico necesitara mayor seguridad, podría también trabajar en conjunto con un cirujano ortopédico, para examinar profundamente las articulaciones y extraer una muestra de líquido sinovial.
Generalmente el equipo de salud trabaja de manera interdisciplinar, conformado por pediatra, reumatólogo y fisioterapeuta.
Como base para los tratamientos, los especialistas adoptan un abordaje que incluye combinados de medicamentos (anti-inflamatorios no esteroides, para reducir la inflamación y el dolor), fisioterapia y ejercicio físico. En los casos más complejos también suele recurrirse a inyecciones de corticoesteroides en las articulaciones o cirugías.
El objetivo de este abordaje es en primer lugar aliviar el dolor y reducir la inflamación, como también reducir y prevenir el daño articular para rescatar el uso y la función de las áreas afectadas.
En cuanto a los avances que han llegado a nuestro país, recientemente se aprobó el ingreso de una droga biológica que detendría la progresión de la AIJ. Se trata del “abatacept” y ayudaría a reducir signos y síntomas de la AIJ poliarticular moderada a severamente activa.
Un estudio clínico sobre la eficacia y seguridad a largo plazo de abatacept otorgó a finales del año pasado el visto bueno para el uso de esta medicación en Argentina, tras comprobarse su alta eficacia. Este medicamento ya se había probado exitosamente en casos de artritis reumatoidea en adultos.
Para los especialistas argentinos que probaron la medicación, la marcada ventaja de estos agentes biológicos es que mejoran al paciente clínicamente y al mismo tiempo también detienen la progresión de la enfermedad y el daño óseo, mejorando la capacidad funcional y la calidad de vida.
Mejoras y calidad de vida
En algunos casos, sobre todo los avanzados, es posible que también sea necesario un acompañamiento psicológico para lograr que los daños sufridos no permitan que el niño cree conductas de baja autoestima que le impidan desarrollarse dentro de la sociedad.
La fisioterapia y la ejercitación física trabajarán por su parte para recuperar la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones rígidas y doloridas, y fortalecer los músculos para que puedan sostener y proteger las articulaciones.
Desde ya que todas las actividades deberán estar sugeridas y supervisadas por el equipo médico, ya que algunos deportes no se recomiendan cuando existe debilidad ósea o articular. De todas las actividades físicas las más sugerida por sus beneficios es sin dudas la natación.
Si bien no se han difundido aún estudios en lo que respecta a estos tipos de artritis juveniles, se sabe que la práctica del yoga puede ser útil para tratar algunas formas de artritis de adultos. De acuerdo con un estudio realizado en 1994 por la Fundación para la Artritis (Arthritis Foundation) de Estados Unidos, publicado en Journal of Rheumatology (revista de reumatología) en 1994, el yoga mejoró significativamente la sensibilidad, dolor y rango de movimiento en los dedos de sujetos con osteoartritis en las manos. Otro estudio publicado en el British Journal of Rheumatology se demostró que el yoga fue de utilidad para tratar la artritis reumatoidea.
Respecto a la antigua técnica del Tai Chi, también se comprobó que en adultos mayores afectados con artritis reumatoide, la práctica de este arte marcial mejoró la amplitud de movimiento del tobillo, cadera y rodilla, aunque no disminuyó el dolor y otras problemáticas.
Otro punto que debe ser controlado y supervisado es la alimentación. La misma debe ser normal y equilibrada en hidratos de carbono y proteínas, proporcionando el aporte calórico necesario para el desarrollo de los músculos.
Aunque existen teorías que dicen que los lácteos deben ser disminuidos, la opinión predominante sugiere que el calcio de la leche es importante para mantener la fuerza de los huesos.
También es importante controlar que el niño no se exceda en su peso, para no resentir las articulaciones con más peso del que puede soportar.
A la hora del descanso, se aconseja que duerma con los brazos y las piernas estirados, para que las articulaciones mantengan su postura correcta.
El colchón debe ser duro y la almohada baja para que la espalda adquiera su postura normal. En casos especiales se podrían necesitarse férulas de descanso para ayudar a mantener las articulaciones en buena posición durante el sueño, especialmente en las muñecas, rodillas y pies.
Es muy importante también comenzar a trabajar desde la familia para que el niño cultive tempranamente y mantenga una actitud positiva, algo que le brindará una reserva de fuerzas fundamental a la hora de enfrentar alguna crisis tanto física como emocional.
De igual manera el trabajo con el entorno ayudará a disminuir el impacto que pueda provocar esta dolencia. Informándose y hablando claramente con familiares, amigos y las maestras, se logrará desdramatizar la condición y generar un ambiente atento a las verdaderas necesidades del niño.
Otro aspecto fundamental es poder trabajar junto al niño y fomentar el trazado de objetivos, proyectos y recreación que le permitan ir sumando logros, divertirse y confiar en el futuro.
Todavía quedan muchos enigmas sobre la AIJ por resolver, pero los avances científicos van ganando terreno y abriendo nuevas esperanzas para tratar esta enfermedad.
Fuente: El Cisne
Fuentes consultadas:
- Kidshealth / Fundación Nemours.
- www.amapar.org
- www.amapar.org/artritisjuve nil1.html
- www.conartritis.org
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